Las fotografías muestran como los jóvenes hacen patria y escriben nuestra historia. Las bandas de paz, las cachiporristas y otros, son un claro ejemplo al mundo, de que los salvadoreños amamos nuestra tierra y costumbres. El fondo musical, "Las Cortadoras"; canción folklórica que enaltece un valor que le pertenece a los salvadoreños, como lo es "el amor al trabajo". Sí, todo lo que se hace con amor, se disfruta y se vive con alegría. La corta de café fue una actividad familiar en El Salvador. Todos participaban, desde el más pequeño, hasta el más grande; abuelos, nietos, padres e hijos. Desde muy temprano, se presentaban en el casco (centro administrativo y logístico) de la finca, les entregaban los sacos, luego, se iban al cafetal. La madre utilizando leña encendía una fogata, donde preparaba los alimentos; luego se reunían todos para degustar los típicos platillos. Así, entre alegres risas, gritos y duro trabajo, pasaban las horas; de pronto el caporal (jefe del grupo de cortadores) con su silbato anunciaba la salida del cafetal. Tendían un plástico y en él, desparramaban el contenido de los sacos; era hermoso ver como toda la familia, hacía un círculo y empezaban a separar los frutos verdes de los maduros (rojos). Es probable que para muchos, las cortas de café, no evoquen estampas de unidad familiar y trabajo en equipo; a lo mejor, porque nunca vivieron la experiencia; pero sí, les contaron en la Universidad, sobre su antítesis; me refiero a la república cafetalera. La verdad es que sin querer ser peyorativo, me veo en la necesidad de publicar datos históricos que forman parte de ese pasado y que todos debemos conocer para elaborar nuestros criterios personales.
El cultivo del café tuvo sus características propias; sobre todo, porque alteró la propiedad de la tierra. Resulta que a mediados del siglo XIX, se empezó a cuestionar la tenencia de la tierra, que había sido heredada de la colonia. Dicha tenencia se concretaba a las siguientes formas:
a) Propiedad privada (grandes haciendas)
b) Propiedades comunales (ejidos municipales y tierras de comunidades de indios)
c) Tierras del Estado
El caso es que en cualquiera de las formas mencionadas, no existían linderos trazados de manera clara. En este estado de cosas, surgieron las reformas liberales a partir del año 1870, decretándose la privatización de la tierra. Sus elementos principales fueron:
a) Propiedades comunales se medían y luego se dividían entre los usuarios.
b) Se establecían mecanismos para que individuos particulares identificaran tierras del Estado y las adquirieran como propiedad privada.
c) Se establecían registros de propiedad. Éstos se organizaron en todos los países, en su orden, Costa Rica, en 1867; Guatemala, en 1877; El Salvador, en 1882. Los años corresponden con el período histórico en que el cultivo del café se convirtió en el más importante de la economía de los relacionados países. La privatización trajo consigo una mala distribución de la tierra.
A medida que se intensificó el cultivo, especialmente en la segunda mitad del siglo XIX, demandó mano de obra, pero lejos de aumentar salarios para atraerla, se recurrió a una práctica colonial, obligando a los indígenas al trabajo. Esto llevó por ejemplo en Guatemala, a crear el “Reglamento de Jornaleros” del año de 1877, mediante el cual se reclutaba de manera forzosa mano de obra, que guardaba similitud con el repartimiento colonial.
A pesar de que conozco esta historia; quiero ser enfático al decir, que las cortas de café, evocan estampas de unidad familiar y trabajo en equipo que tanta falta hace en nuestra decadente sociedad del siglo XXI.